A principios del siglo XX, un sacerdote de padre Inglés, madre Peruana y criado en Chile, viajó a Paray-le-Monial (Francia), lugar de las apariciones de Nuestro Señor a Santa Margarita-María. Este sacerdote, el Padre Mateo Crawley-Boevey, fue enviado a Francia por su superior con la esperanza de que su salud se recuperara después de una sobrecarga muy importante de trabajo y de salud débil.
El padre Mateo le tenía una gran devoción al Sagrado Corazón de Jesus y siempre había querido ir a Paray-le-Monial, para estar en el lugar exacto donde Nuestro Señor apareció a su santa favorita. Mientras oraba en el santuario de las apariciones del Sagrado Corazón, el 24 de agosto de 1907, sintió de pronto una sensación extraña, y no sólo se curó y se vió listo para emprender su campaña apostólica, pero también vio con claridad el plan del trabajo que tenía que seguir para la regeneración cristiana de las familias y de la sociedad. Se hizo cargo del trabajo trazado por Santa Margarita-María, organizando la práctica de la Entronización del Sagrado Corazón de Jesús en los hogares, en una cruzada de amor, y así extender su reinado sobre todo el mundo.
Esa misma noche, de rodillas, el Padre Mateo reviso definitivamente el plan y el ceremonial de la cruzada. A continuación, hizo una peregrinación a Tierra Santa donde inauguró su apostolado de la Entronización.
Para entonces ya había recibido la bendición y el aliento de Pío X, del Cardenal Vives y su propio Superior General. A continuación, regresó a Valparaíso, Chile, donde en 1908, lanzó su campaña de amor, continuando al mismo tiempo las clases que daba en la Facultad de Derecho que había inaugurado el mismo. Desde Chile, la Entronización fue coronada con un éxito sorprendente, extendiendose por todo América del Sur.
Cuando la Primera Guerra Mundial estaba en su apogeo, el Padre Mateo se comprometió a predicar el reino del Sagrado Corazón en Francia. Su celo y entusiasmo atrajo a multitudes de personas donde quiera que fuera, tuvo lugar una gran renovación de piedad y muchas familias hicieron la Entronización del Sagrado Corazón en el hogar , y una diócesis tras otra sintió los efectos de su celo apostólico. La indiferencia y la tibieza dio paso al amor, y los milagros de la gracia se registraron diariamente.
Desde Francia, el padre Mateo fue Holanda, donde incluso protestantes acudieron en masa a sus conferencias. A continuación, pasó a Italia donde fue recibido en audiencia por el Papa Benedicto XV, quien le pidió que predicara y organizara la Entronización en todo el país. Dos semanas más tarde, el Santo Padre le entregó una carta escrita por su propia mano en la que impartió su bendición apostólica a la cruzada de amor.
Durante años, el padre Mateo recorrió varios países de Europa (Francia, España, Italia, Suiza, Holanda, Bélgica, Inglaterra y Escocia, Portugal), yendo y viniendo, dando un sin fín de conferencias y retiros a los obispos, sacerdotes, seminaristas, las asociaciones católicas, laicos, reyes y princesas. Él era capaz de dar cinco o seis conferencias/sermones al día, todos los días, en iglesias, salas y auditorios repletos. La gente volvía una y otra vez a escucharlo. Gracias a su inagotable afán España, Bélgica y Portugal fueron consagrados al Sagrado Corazón de Jesús.
Después de 20 años de promoción de la Entronización, el padre Mateo comenzó a promover la Hora Santa en el hogar. Se había dado cuenta que para mantener la llama de la fe en el hogar, se necesitaba más. Muchos católicos generosos, por obligaciones familiares, distancia o enfermedad, no podían ir a la iglesia especialmente por la noche, para participar en la adoración perpetua del Santísimo Sacramento. El Padre Mateo decidió alistar a estas almas generosas como adoradores, pidiéndoles que recen una Hora Santa por mes, en el hogar. Tres años después de comenzar la promoción de la Hora Santa en el hogar, se convirtió en una adoración perpetua en dieciséis países. La entronización es como los ladrillos de un edificio y la hora santa es la argamasa que lo mantiene todo junto.
A partir de ahora, la Entronización y la Hora Santa en el hogar fueron promovidos juntos. El Papa Pío XI dio su sello de aprobación con su carta encíclica "Redemptor Miserentissimus" donde mencionó y aprovó tanto la Entronización como la Hora Santa en el hogar. La Entronización (o Consagración), le da el lugar que le corresponde a Nuestro Señor como Rey de la sociedad / familia / países...y la Hora Santa sirve de expiación, para hacer satisfacción por nuestros pecados "y un sin número de ofensas y negligencias". No sólo para los delitos de las personas que rezan la Hora Santa sino también la de otros, para reparar el honor de Cristo, y para promover la salvación eterna de las almas.
El Padre Mateo siempre había deseado ir a los países de Oriente y por fin pudo ir a Japón con el mandato de Pio XI "Id, y predicad la santidad a los sacerdotes." Pasó cinco años de apostolado constante y fecundo en Japón, China, Islas del Pacífico, Filipinas, Hawái, Indochina (Camboya, Laos y Vietnam), Malaca, Macao, India y Ceilán (Sri Lanka).
A continuación, pasó a los Estados Unidos, llegando a San Francisco en 1940. En una carta escrita antes de su llegada, el padre Mateo dio expresión a la alegría y la determinación con la que él estaba dispuesto a entregarse "en esta tierra prometedora para difundir y fortalecer el Reinado Social del Sagrado Corazón de Jesús en el hogar, el santuario de la familia, la piedra angular sobre la cual la Iglesia basa la sociedad presente y futura". El Padre Mateo se quedó en Estados Unidos durante cuatro años dando retiros para el clero; los días de recogimiento, triduos, sermones y conferencias se sucedieron en rápida sucesión.
A continuación, se fué a Canadá durante dos años hasta que una enfermedad le obligó a estar hospitalizado. Cuando se recuperó lo suficiente, voló de regreso a Valparaíso, Chile. Desde ahí continuó su trabajo con la oración, el sufrimiento (tuvo las dos piernas amputadas debido a la gangrena), y la escritura.
Poco antes de morir el padre Mateo le dijo a su Superior General: "Decid a todos que el padre Mateo predica desde la cama e insiste en la adoración nocturna, la flor más bella de su obra . Esta es la oración del hogar, en unión con el Corazón de Jesús, la oración con espíritu de reparación, durante las horas mas oscuras de la noche.Toda esta información fue recopilada en los libros: "Jesús, Rey del Amor "por el Padre Mateo Crawley-Boevey y “Firebrand”, de Marcel Bocquet, SS.CC., La vida del Padre Mateo, Ed.Corda.